Echando raíces y floreciendo

Publicado el :

6 enero 2022

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Desarrollo cooperativo

Caravanas de familias que recorren 4.000 kilómetros. Jóvenes en busca de esperanza, lejos de casa. Y luego el muro en la frontera sur de Estados Unidos. Estas imágenes, repetidas una y otra vez en la televisión, surgen de necesidades bien reales en América Central: seguridad, empleo digno y acceso sostenible a los recursos.

 

En Guatemala, un país marcado por las desigualdades, los jóvenes y las mujeres indígenas de la etnia q’eqchi que participan en el proyecto Wakliik (crecer), llevado a cabo por SOCODEVI y financiado por Canadá, tienen más confianza en su futuro y en el de su comunidad.

 

 

 

En el segundo año del proyecto, más de 1.800 personas socias de 20 cooperativas, entre ellas una de jóvenes y otra de mujeres, recibieron cada una 400 plantas de cardamomo y 65 árboles de cedro y caoba (especies nobles) plantados en sus cuartos de hectárea.

 

 

En las Escuelas de campo de SOCODEVI, descubrí las ventajas de los sistemas agroforestales. Aprendí a trabajar y mantener una parcela de cardamomo y mis árboles forestales. El cardamomo será una buena fuente de ingresos y los árboles una inversión para el futuro.

 

— Elmin Arnoldo Chamam Coc, 22 años, socio de la cooperativa Santa Mónica R.L. afiliada a FEDECOVERA.

 

 

 

 

¿Quién dice que el dinero no crece en los árboles?

 

Cálculo rápido: estos árboles, al cabo de 25 años, valen un mínimo de 1.000 dólares, el equivalente de 195 días de trabajo para las personas participantes. Cada persona tiene una inversión en su parcela que valdrá al menos 65.000 dólares canadienses (el equivalente de 35 años de salario) en 25 años.

 

La mezcla de especies en las parcelas también favorece la producción de cardamomo orgánico, un producto escaso con alto valor comercial, así como la resiliencia climática.

 

Las capacitaciones del proyecto Wakliik, el modelo cooperativo y la afiliación a FEDECOVERA: todo ello facilita la obtención de certificaciones, la transformación de las cosechas en productos con valor agregado y el acceso a los mercados internacionales.

 

Para estos jóvenes y mujeres, no hay nada que dé más satisfacción que recoger los frutos de sus esfuerzos. No hay nada más motivador que la esperanza.